La caza de ballenas a lo largo de la costa noruega tiene una larga tradición. Las primeras fuentes escritas sobre la caza de ballenas en aguas noruegas datan del siglo IX d.C., cuando el vikingo Ottar visitó al rey Alfredo el Grande en Sussex (Gulberg, 1889). Además, las excavaciones arqueológicas revelan restos de grandes ballenas en granjas de la edad de piedra. Antiguas fuentes escritas noruegas como “El espejo del rey”, que data del siglo XII, proporcionan relatos de la caza de ballenas y de otros mamíferos marinos para obtener alimento y otras necesidades. Ballena minke (Balaenoptera acutorastrata), ballena de aleta (Balaenoptera physalus), ballena de Groenlandia (Balaena mysticetus), ballena franca del Atlántico norte (Eubalena glacialis) y ballena jorobada (Megaptera novaeanglia), orca (Orcinus orca), ballena piloto (Globicephala melas) y los delfines parecen haber sido capturados en esa época. Según el Kings Mirror, la ballena azul gigante (Balaenoptera musculus) también podría haber sido cazada en la Alta Edad Media. Un método único y muy antiguo para matar ballenas minke, que probablemente se remonta a la temprana época vikinga, consistía en encerrarlas en bahías estrechas y usar flechas infectadas con la bacteria Clostridium septicum, formadora de esporas, para debilitar a la ballena antes de matarla usando lanzas y arpones de mano. La actualidad no se aleja de sus antecedentes, ya que Noruega participa en la caza de ballenas y cetáceos menores incluso luego de crearse organismos reguladores o que prohíben estas prácticas.
En el caso en Islas Feroe en Dinamarca, donde la caza de delfines es una tradición siendo derecho de los pueblos indígenas grindadrap y es categorizada como Caza de Ballenas Aborigen (ASW). Sin embargo esta tradición ya no solo tiene el objetivo de satisfacer necesidades alimentarias, sino también el de necesidades comerciales y eventos deportivos, lo cual viola la Convención Internacional para la Regulación de la Caza de Ballenas (ICRW) de la cual forma parte. Una forma de resolver este problema es por medio de programas de desarrollo basados en la conservación (Plan Estratégico del Comité de Conservación 2016-2026), esta medida fue usada para incitar el desarrollo de la Comisión Ballenera Internacional (CBI) siendo una organización capaz de detener la caza de ballenas y la caza furtiva de delfines (Tutuarima et al., 2023).
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